lunes, 1 de junio de 2009

¿ES LO MISMO EDUCAR QUE FORMAR?

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Autor: BRUCE MAC MASTER

¿Es lo mismo educar que formar?

Las instituciones educativas y todo el sistema deberían convertirse en centros de entrenamiento para la vida en lugar de centros de inyección de información

A raíz de la última columna en la cual se hablaba de que una de las más grandes diferencias entre el pueblo colombiano y el pueblo norteamericano es el sentido de comunidad tan desarrollado que hay en los Estados Unidos y el papel que entidades como la iglesia o los colegios han jugado en la construcción de esa comunidad, recibí múltiples comentarios y reflexiones sobre el papel de las instituciones educativas en la comunidad.

Tan importante como la anterior reflexión es la de preguntarse ¿cuál es la educación que una comunidad quiere para sus nuevas generaciones?

No solo qué conocimientos quiere transmitirle, sino qué valores propios quiere divulgar e inculcar a través de la educación.

Siempre me he preguntado por qué es importante aprender cómo se calcula una raíz cúbica, o saber quién fue José Celestino Mutis, entender que hay plantas monocotiledóneas y otras dicotiledóneas, saber que la integral es el área debajo de una línea o aprenderse la tabla periódica de elementos. ¿Cuál es la verdadera importancia de todos estos datos? ¿Dónde radica su utilidad? ¿Por qué son unas de las primeras cosas que deben aprender las personas? Y, ¿por qué se considera que todas las personas deben saber esto?

Tratando de hacer memoria, no me acuerdo de una sola situación en la vida en que estos datos me hayan sido útiles. Bueno, con excepción de la entrada a la universidad donde luego me iban a enseñar otra buena cantidad de cosas de las cuales ya no me acuerdo.

El mundo está lleno de información, lleno de datos y conocimiento. ¿Cuáles son las razones o criterios para considerar que estos son los que todos debemos tener, además, desde las más tempranas etapas?

Reconozco el esfuerzo que hacen los grupos de expertos que diseñan y aprueban los curriculums y PEIs buscando enseñar lo que en su opinión es más importante. Pero este debería ser un tema debatido por toda la sociedad.

Sí creo entonces que nuestras sociedades actuales son completamente inconscientes respecto de la responsabilidad que implica formar a las nuevas generaciones y el papel de las instituciones educativas en ello. No hablo de los Ministerios de Educación o los colegios, sino de los ciudadanos comunes, de la gente de la calle, de los políticos o incluso de los padres de familia.

Hay que entender la diferencia entre enseñar y formar, o lo que es lo mismo, la diferencia entre transmitir información y dar herramientas para la vida.

Los procesos educativos, y por lo tanto las entidades a cargo de ellos, deberían ser más centros de entrenamiento para la vida y menos bancos de datos. La vida a su vez no debería ser considerada como una competencia a muerte de todos contra todos, sino un ejercicio de comunidad, un ejercicio de humanidad, un ejercicio de construcción de competencias para la armonía.

Por esto pregunto hoy en día, ¿cuál es la estrategia de nuestro sistema educativo para formar mejores ciudadanos? ¿Cuál es la estrategia para construir un sentido justo de comunidad? ¿Cuál es la estrategia para buscar el desarrollo sostenible? ¿Cuál es la estrategia para construir humanidad?

No tengo dudas, todas las sociedades deberían permanentemente preguntarse para qué quieren educar a sus jóvenes, en qué los quieren educar y cómo quieren hacerlo. Pero sobre todo, ¿qué hay que hacer para lograr comunidades más funcionales en el futuro?

Me atrevería a decir que una discusión mucho más importante que las competencias de las Cortes, los choques de trenes o si se puede reelegir a un presidente dos y tres veces, es definir cómo queremos formar a los niños y jóvenes. ¿En qué se deben formar? ¿Cuáles son los conocimientos que consideramos básicos para otorgar las competencias que busquen un desarrollo equilibrado?

Si sobre algo se deberían conseguir cinco millones de firmas y todos deberíamos opinar y sobre todo decidir, es sobre un tema como este. ¿Cómo queremos entonces formar nuestros futuros ciudadanos?

3 comentarios:

  1. Hola José Antonio, Segun mi humilde opinión no es lo mismo educar y formar. La educación y la formación van cogidas de la mano pero son distintas. La educación, según creo yo, nos la tienen que dar nuestros padres para el dia de mañana darla nosotros a nuestros hijos. Se aprende en casa los valores por medio del ejemplo o de la enseñanza de nuestro hogar. La formación la recibimos de los colegios, institutos, liceos y universidades. Creo que nosotros como padres nos equivocamos si prentendemos que los colegios eduquen a nuestros hijos. Nos ayudan si y mucho pero eso no basta. La educación es de casa. En el hogar los niños aprenden los valores que nosotros queremos que aprendan no en los colegios. Los maestros, creo yo, no tienen la obligación de educar a nuestros hijos pero si de formarlos. Que la formación que se dan en los institutos tendría que cambiar. Pues si. Mucha información que se les da a nuestros hijos, el dia de mañana en su trabajo y su vida cotidiana no le sirve para nada o mejor dicho no la usan. Quiero recalcar que la formación que se les da en la Primaria si sirve porque son las reglas basicas de todo. Aunque es un poco lenta porque en cada curso nuevo se repasa el anterior y los niños que tienen la suerte de tener padres atentos o sacrificados que se sientan con ellos para los deberes pues se suelen aburrir como una ostra. Porque en cada curso es casi siempre lo mismo. Si la formación en los institutos y universidades deberia cambiar que lo que se estudie sirva para las futuras profesiones de nuestros jovenes. Pero cuidadín una persona muy bien formada con excelentes niveles academicos puede ser una persona mal educada. Porque educación y formación normalmente van cogidos de la mano pero no siempre. La educación es muy importante en una persona y tenemos que cogerla en casa. Nuestros padres tienen la obligación de darnosla y si no nosotros de cogerla. Porque creo que la persona que no tiene educación le cuesta más en este mundo al igual que el que no tiene formación. A nosotros como padres a luchar para que la formación en los institutos y universidades cambie poco a poco sin olvidarnos que tenemos la obligación de educar a nuestros hijos de lo mejor posible y no dejar todo el peso a los docentes en hacer esta tarea. Pienso yo que si asi lo hacemos nos estamos equivocando.Educación nos da valores y la formación la misma palabra lo dice nos forma nos da conocimiento.Es mi forma de pensar. Yo lo veo asi. Un saludo de Maryolaine.

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  2. Gracias por tu buen comentario, si cogemos el diccionario de la real academia de la lengua española encontraremos que formar y educar es sinónimo , pero las nuevas formulas pedagogicas demuestran que son diferentes términos, aunque van ligados, como decía el artículo, la formación es dar herramientas para la vida, mientras educar es transmitir información, para que me entiendas, yo no te doy el pez, te doy la herramienta que es la caña de pescar, y la información de que como utilizarla.
    En definitiva creo que un formador ocupacional da la información pero también la herramienta para que esa persona tenga una oportunidad laboral o algo que le será de utilidad en la práctica de su vida.Recuerda las palabras de Benjamín Franklin: "DIME Y LO OLVIDO, ENSEÑAME Y LO RECUERDO (educar) , INVOLÚCRAME Y APRENDO (formar)".Un saludo,Jose.

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  3. De la escuela aprendí:
    -A cumplir un horario.
    -A compartir durante ese horario, risas y experiencias de todo tipo con mis compañeros/as.
    -Que lo más importante era la llegada del recreo y días de excursiones.
    -Que pasen los años que pasen, no hay momento mejor que cuando nos reuniamos unos minutos antes de entrar en clase y los ratos despues de éstos.
    -En cuanto a conocimientos, no me acuerdo del 90% y solo me queda grabada la parte humana/social.
    -Los conocimientos los fuí adquiriendo a medida me fui haciendo mayor, pasados los 30 años, y por voluntad propia, por placer de saber, entender, asimilar con mayor madurez temas tales como la historia, literatura, arte, ciencia, etc.
    Nunca me he matriculado en una universidad a pesar de tener la inquietud constante de aprender y absorber conocimientos, eso no ha influido en mi carrera profesional, he podido desarrollarme laboralmente sin demasiados problemas. Los titulos esta sobrevalorados. Las personas aprenden en cuanto ejercen y a traves de años y experiencia.

    Por tanto mi reflexión, es que las formas de educación establecidas son arcaicas, sectarias, elitistas o demasiado básicas, reorientadas sin mucho espacio para la libertad de pensamiento y condicionada según el entorno.
    El conocimiento se adquiere por deseo interno, se bebe lentamente sin encerrarse horas y horas en espacios cerrados y angustiosos cumpliendo horarios. He aprendido mucho más relajándome en cualquier espacio abierto, distrayéndome y fundiendome con el paisaje y entorno, sintiendo cada lectura en mi mente o buscando la propia experiencia.

    Nada que se enseñe rodeado de paredes durante 5 o 6 horas al día sin margen de acción y un ambiente distendido, procurando retener tan solo a base de apuntes inagotables y trabajos de copia y pega, puede dar ningún conocimiento apenas útil para un desarrollo real.

    Pero es tan solo mi experiéncia, si explicara todo esto en una reunión de padres, comunidad o centro educativo, rápidamente seria rechazado porque en el fondo nadie quiere transgredir el sistema establecido con sus formas y métodos durante años y años..

    Vivir, es aprender, y en nuestra primera etapa de vida, lo más importante tal como se apunta, sería facilitar las herramientas para la futura inquietud natural de desarrollarnos y adquirir conocimientos desde el deseo, y no desde la obligación. Es más placentero, gratificante, y no es fácilmente olvidado.

    Las tablas de multiplicar las aprendi a base de castigos y copiandolas 50 veces en una libreta... y si seguía revelandome, podían castigarme hasta copiandolas 100 veces. Y el estudio jamás ha de ser a través del castigo, sino del invite y estimulo como a algo maravilloso. Y esto, casi nunca ocurrió.
    Hoy puedo decir que aprender es apasionante. Si me hubieran preguntado hace 20 años atrás, habría dicho: ¿a que hora es el recreo?

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